Luego de que su hermano sufriera un accidente de moto que lo dejó parapléjico, Lupita se convirtió en una de las beneficiarias de las Voluntarias Vicentinas de Nuestra Señora del Auxilio. Desde hace tres años recibe comida y algunos insumos necesarios para el cuidado de su hermano.
Lupita se dedica a cuidar a su hijo de cinco años y a su hermano que, a causa de la pandemia, no ha podido continuar con sus terapias en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial. Pese a que su esposo trabaja en una gasolinera, el dinero no es suficiente para cubrir sus necesidades, lo que se ha complicado más con el aumento de precios en algunos productos de la canasta básica.
Como a Lupita, las Voluntarias Vicentinas les entregan despensas cada mes a otras 94 familias que requieren apoyo. Antes de la pandemia, apoyaban a 50 familias. Sin embargo, por la crisis económica, el número de beneficiarios se amplió.
Cuentan también con un servicio de comedor dos veces a la semana en el que alimentan a 30 personas. Anteriormente los beneficiarios asistían al Centro Vicentino que se encuentra ubicado en la colonia Roma a recibir su platillo. Ahora, las vicentinas los llevan directamente a los hogares, trasladándose incluso hasta la colonia Ayuntamiento.