Barrer la entrada de la casa, sacar las maletas, usar ropa interior roja para atraer el amor y dorada para el dinero son algunas de las muchas supersticiones de Año Nuevo que se realizan en distintas partes del mundo y en México. Aunque estos ritos no son un pecado, la Iglesia Católica no los aprueba.
El sacerdote Francisco Ponce Andrade comentó que el practicarlas representa una manifestación de la falta de confianza en Dios, y que no es un pecado mientras no sea un acto consciente y voluntario que vaya contra la voluntad de Dios.
"La Iglesia no apoya ni está de acuerdo con estas supersticiones porque es como quitarle el sentido de la vida y del tiempo que Dios nos da, cuando lo que deberíamos hacer es un examen de conciencia, dejar todo lo antiguo y lo malo, pedir perdón a Dios y encomendarse a su gracia para comenzar un tiempo mejor en este año", explicó.
Asimismo, exhortó a los fieles a recibir el nuevo año en estado de gracia, ya que los lleva a la salvación y los ayuda a ser felices y hacer felices a los demás.