Rosa María Cordova, tiene 67 años de edad y el pasado 18 de noviembre comenzó a sentir un fuerte dolor que le recorría el pecho, la espalda y la cabeza, lo que le generó un infarto que le daba pocas esperanzas de vida.
Hoy acompañada con sus nueve hijos y familiares, llegaron al Santuario de Guadalupe ofreciendo bailes como parte del agradecimiento de haberla regresado a la vida y lanzó un mensaje de reflexión para que los jóvenes recuperen la fe.