Empezó la navidad la familia Solano Rodríguez, como cada año, trataron de estar lo más juntos posible, pues algunos de ellos viven lejos de la ciudad, con residencia en otros países.
Primero comenzó la cena: lomo, spaghetti y ensalada, y pequeños cuernitos, mucha plática y remembranza de anécdotas que los formaron como una familia unida.
A las 12 de la noche, el tradicional abrazo en dónde se desearon un feliz año y agradecieron por lo recibido en este, sin olvidarse de los que ya no están.
Y ahora sí, la música, Ana Belén aprovechó el momento para deleitar a su familia con su canto.
Como es costumbre en los Solano Rodríguez, llegó el momento de jugar y compartir, primero empezaron los juegos de adivinanza para que por familias pudieran ganar un premio, ahí las risas y los gestos no faltaron.
Luego de unas horas de sana convivencia, llegó el momento de dormir, por qué ellos no son una familia que moleste a otros con la quema de cohetes, con el ruido excesivo de bocinas estruendosas, pues los abuelos se han encargado de enseñar a las nuevas generaciones que el respeto y el amor se aprende en casa.