Al interior de la cabina de la Estación No. 7 de bomberos en León, se encuentra el Teniente Javier Becerra, el bombero con más antigüedad en la corporación, quien con 41 años de servicio recuerda sus inicios como elemento de rescate acuático, una labora nada fácil que tenía que realizar sin equipo de buceo.
En sus batallas más complicadas, el teniente Becerra ha sufrido graves consecuencias, una de ellas, lo dejó marcado de por vida al caer de una cascada a 6 metros de altura en la que se le quebró parte del cráneo, la mandíbula y perdió la vista de un ojo, además, en su trayectoria ha sobrevivido a accidentes fatales contra incendios, alta tensión, objetos pesados y aguas profundas, peligros que no cambiaron su gusto por servir.
La principal característica de un bombero es dar la vida por los demás y luego de haber enfrentado la muerte 5 veces, el Teniente Javier Becerra es un claro ejemplo de ésta vocación.