Irritabilidad, cansancio y falta de sueño, son algunas de las reacciones que genera el cambio de horario debido a que nuestro reloj biológico está habituado a la realización de actividades de forma constante y al ser modificado nuestro cerebro sufre alteraciones en la mayoría de la población.
Para aminorar los efectos del cambio en nuestro reloj biológico, la psicóloga y terapeuta existencial, Carolina González Muñozcano recomendó no cambiar los hábitos de sueño, continuar comiendo a una hora establecida, ni forzar a nuestro cerebro a seguir con el horario anterior.
Estos efectos son completamente normales y el tiempo estimado que tardará nuestro cuerpo y cerbero en acostumbrase al nuevo horario son entre 3 a 5 días, cabe destacar que la población más vulnerable a este tipo de cambio son los niños y adultos mayores.