Nicolás Zúñiga, de la comunidad de Albarradones ha trabajado en el campo toda su vida y platica que éste año vino muy malo por la escasez de agua porque de sembrar 10 hectáreas, solo se dieron dos o tres de maíz blanco y aunque los desechos lo hacen pastura y lo aprovechan, también sale de menor calidad.
Ellos como parte del sector campesino tienen la esperanza de que lleguen las lluvias para recuperar lo perdido y que sean más los apoyos municipales, estatales y federales para el campo, porque hasta el momento el de Procampo, les da mil 200 pesos por hectárea al año, y con el alza en los precios de los insumos, mínimo necesitan 2 mil pesos, refirió Nicolás Zúñiga.