La enfermedad renal crónica generalmente inicia sin que su portador lo sepa y transcurre durante años; en el caso de Celia Escobar, a la temprana edad de 12 años fue diagnosticada con esta patología, que la llevó a vivir los 6 años más difíciles de sus vida.
En 2010 se estimó que la falta de acceso a una terapia sustitutiva renal ocasionó la muerte prematura de cerca de 7.1 millones de personas, pues los altos costos de los tratamientos son la principal limitante para los pacientes y con Celia no fue la excepción.
Existen tres modalidades de tratamiento de sustitución renal; diálisis, hemodiálisis y trasplante renal, en México, la diálisis constituye la modalidad más utilizada con 76% del total, la razón deriva de su menor costo ya que es la terapia mayormente proporcionado por las instituciones de seguridad social.
La enfermedad renal crónica no tiene cura pero un transplante de riñón es lo que les brinda a los pacientes una mejor calidad de vida, tal como sucedió con Celia. En México no hay datos precisos sobre el número de casos de enfermedad renal crónica, sin embargo, la Secretaria de Salud señaló que de 1990 a 2016, la prevalencia de la enfermedad renal crónica se duplicó de 3 mil 231 a 6 mil 283 casos por cada 100 mil habitantes y se estima que alrededor de 6.2 millones de habitantes sufren esta enfermedad en el país.