La temporada de huracanes ha comenzado, y es el resultado de una combinación de factores naturales como la temperatura cálida del agua oceánica y los patrones climáticos.
Desde junio hasta noviembre, las áreas costeras se vuelven especialmente vulnerables a estos poderosos ciclones tropicales, capaces de generar lluvias intensas, inundaciones y vientos destructivos.
Es esencial que las comunidades en riesgo se preparen y tomen precauciones siguiendo las advertencias de las autoridades. La educación pública y la vigilancia constante son clave para mitigar los impactos y garantizar la seguridad de las comunidades costeras durante esta temporada.