El próximo año, México podría dar un paso importante en el ámbito laboral, con la posible aprobación de una reforma que reducirá la jornada laboral de 48 a 40 horas.
Así lo anunció la presidenta Claudia Sheinbaum, quien explicó que este cambio se discutiría en 2025, mediante un proceso gradual y por sectores, a fin de encontrar un acuerdo entre los distintos actores involucrados.
La iniciativa ha generado controversia y enfrenta opiniones encontradas entre los empresarios y los trabajadores. Mientras que el sector empresarial considera que esta medida podría tener un impacto negativo en la economía, el sector laboral la ve como un avance hacia condiciones laborales más justas, alineadas con las tendencias internacionales.
De acuerdo con Sheinbaum, el gobierno se compromete a buscar una solución intermedia que contemple los intereses de ambas partes, similar a la postura adoptada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien pidió gradualidad en la aplicación de la reforma.
La propuesta fue presentada por el diputado de Morena, Manuel Vásquez Arellano, quien destacó que la reforma es producto de un esfuerzo colectivo liderado por trabajadores y organizaciones de todo el país. Vásquez Arellano indicó que la reducción de la jornada laboral busca ofrecer a los trabajadores un descanso adecuado de al menos dos días a la semana, con salario íntegro. Esta medida, según el legislador, es parte de un esfuerzo por construir "realidades más justas" en el marco de la Cuarta Transformación.
Sheinbaum, durante su conferencia mañanera, precisó que la discusión sobre la jornada laboral de 40 horas comenzaría en 2025, a través de mesas de trabajo coordinadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. La presidenta destacó que el gobierno trabajará para llegar a un acuerdo, aunque aún existen reuniones en curso sobre otros temas laborales, como los salarios mínimos.
La reforma ya fue turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales, y aunque se presentó en esta legislatura, cuenta con un dictamen aprobado por la anterior, promovido por la exdiputada Susana Prieto. Prieto, quien también se encuentra entre los manifestantes fuera del Congreso, ha sido una de las principales impulsoras de esta reforma, que exige un cambio en las condiciones laborales en el país.
Sin embargo, la reducción de la jornada laboral no está exenta de desafíos. Empresarios han expresado preocupaciones sobre los posibles efectos negativos en la productividad y la economía, lo que ha generado un intenso debate en el Congreso. Por otro lado, los trabajadores insisten en que esta reforma es necesaria para mejorar la calidad de vida laboral y darles más tiempo para su bienestar personal.
A medida que se acerca la discusión en el Congreso, la presión sobre los legisladores aumenta, especialmente por parte de los manifestantes que han exigido una jornada laboral más digna. La reforma tiene el potencial de cambiar la dinámica laboral en México, pero su implementación dependerá de los acuerdos alcanzados en las próximas mesas de trabajo y de la voluntad de las partes para encontrar un equilibrio entre los intereses de los empresarios y los derechos de los trabajadores.