Una de las principales maneras de combatir la trasmisión del virus de Covid-19 es usando el cubrebocas, pero después de casi un año alrededor de un 20 por ciento de la población se resiste a portarlo.
Argumentando falta de respiración, alergias, sarpullido, sudoración o realmente incredulidad, son las principales causas, pero hay quienes en ocasiones no tienen ni para comer, menos para comprar un cubrebocas.
Calificado por las autoridades como una falta administrativa, los que incurren en ella son sancionados con una multa o detenidos por el riesgo que corren y que provocan a otros, al expulsar líquidos salivales o sudoración contagiados en ocasiones sin saberlo.
Hay ciudadanos que en el momento que reciben una llamada de atención muestran molestia, desagrado e incluso violencia ante su negativa, sobre todo cuando son esposados para trasladarlos a una delegación de policía, para que cumplan con la sanción impuesta.
Operativos en zonas estratégicas, perifoneo, recorridos por centros comerciales, estaciones de transferencia, parques entre muchos lugares son los que realizan de manera conjunta dependencias como Protección Civil, Policía Municipal, Tránsito, Fiscalización, Árbitros Calificadores entre otras.
El mayor porcentaje de resistencia se ve en jóvenes, más aún que en adultos mayores, quienes por temor al contagio cuando tienen que salir a la calle no dudan en colocárselo y cubrir boca, nariz y hasta sus ojos.