Detrás de los muros del Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social de León, 25 mujeres privadas de la libertad están demostrando que la esperanza puede renacer en los lugares más inesperados, ya que, desde el taller textil, confeccionan prendas de alta calidad con potencial de exportación al tiempo que tejen una nueva vida para ellas y sus familias, rompen ciclos de dependencia y construyen un camino hacia la autosuficiencia.
En colaboración con la empresa textil MUDU y el apoyo de la Coordinadora de Fomento al Comercio Exterior (COFOCE), estas mujeres han encontrado en la confección una oportunidad para crecer y generar un impacto que trasciende las paredes del centro de internamiento.
Cabe señalar que las mujeres que participan en el programa han logrado transformar las dinámicas tradicionales de reclusión al generar un impacto positivo dentro y fuera de su centro penitenciario, la cual les ha permitido encontrar un trabajo estable, una fuente de ingresos y una herramienta para romper el ciclo de dependencia económica que históricamente recaía sobre sus familias.