Crisis energética en Latinoamérica: apagones y sequía sin precedentes
Latinoamérica atraviesa una crisis energética sin precedentes, con apagones y redes eléctricas al borde del colapso en varios países.
México no ha sido la excepción. En mayo, una ola de calor provocó un aumento en la demanda de electricidad, lo que causó apagones en 18 de los 32 estados del país. Este evento puso en evidencia la vulnerabilidad del sistema energético mexicano, que depende en un 70 % del gas natural importado de Estados Unidos.
A pesar de las promesas de mejorar la infraestructura energética, la nueva presidenta Claudia Sheinbaum ha sido criticada por priorizar la energía basada en hidrocarburos sobre fuentes limpias y renovables. Los expertos advierten que esta dependencia de energías no sostenibles aumenta el riesgo de futuros apagones, especialmente ante fenómenos climáticos extremos como olas de calor.
La crisis en México también refleja un problema de largo plazo: la falta de inversiones significativas en infraestructura eléctrica. Aunque el país cuenta con importantes recursos para generar energía hidroeléctrica, las sequías cada vez más severas, provocadas por el cambio climático, limitan la capacidad de estas plantas. Esto deja al país dependiente del gas natural y expuesto a las fluctuaciones en su disponibilidad.
En comparación con otros países de la región, México aún enfrenta menos cortes prolongados, pero las tensiones en su sistema energético están claras. En Ecuador, por ejemplo, los apagones programados de hasta diez horas diarias desde septiembre muestran cómo la falta de energía hidroeléctrica afecta directamente a la población. En Cuba, los apagones de hasta veinte horas diarias evidencian una red eléctrica obsoleta que no ha recibido mantenimiento en décadas.
A pesar de los desafíos, algunos países han encontrado formas de mitigar los impactos. Chile ha logrado mantenerse más estable gracias a su inversión en energías renovables como la solar y la eólica. Sin embargo, países como México y Argentina, que dependen en gran medida de fuentes tradicionales de energía, deben buscar soluciones a largo plazo para evitar que la crisis empeore.
En México, los apagones recientes han sido una señal de advertencia. Para evitar una crisis mayor, el país necesita diversificar su matriz energética, invertir en energías renovables y modernizar su infraestructura eléctrica. Solo así podrá resistir los efectos del cambio climático y garantizar un suministro energético estable para sus ciudadanos.
Con información de EFE.