Cada 8 de junio se celebra el Día Mundial Contra la Falsificación y la Piratería, con la finalidad de dar a conocer las desventajas de la compra y venta de bienes y servicios ilegales, así como generar conciencia hacia el consumo responsable.
La adquisición de bienes, productos y servicios falsificados supone un riesgo para la salud y seguridad de los consumidores, afectando sus derechos básicos, tales como el derecho de garantía, devolución del producto y derecho al reclamo.
Asimismo, se pretende promover el respeto a los derechos de propiedad intelectual, referido a las patentes y derechos de autor que incentiven la legalidad y la protección a la creatividad.