Que bonito era que le dieran bola a los zapatos para traerlos lustrosos, andar elegante recorriendo las calles, pero ahora ni zapatos, ni boleros se ven a menudo, y cuando encontramos alguno, hay que atesorar su labor por qué lamentablemente pronto quedarán como un recuerdo de las calles.
Los hermanos Ramírez Ornelas, Bonifacio y Porfirio entraron en la tradición del bolero hace más de 50 años, y aún siguen dando grasa, sacándole brillo a la chancla.
Quisiera decirles que el oficio del bolero es bien pagado, pero desgraciadamente no se valora por qué los tenis no se bolean.
"No, ya no, antes si, antes si dejaba mucha ganancia, ahora ya esta muy trabajoso, ya hay muchos tenis"
Los hermanos Ramírez podrían haberse retirado, pero no lo hacen por dos cosas, falta de quehacer y por tradición
"Es una tradición y esta uno aquí para no entumirse en la casa y estar de oquis"
Ni Don Boni, ni Don Porfi, como les decimos sus amigos, aseguran que no dejarán de lustrar y de frotar, mientras sus fieles clientes no dejen de llegar