El monumento al Pípila fue construido con cantera rosa que se obtuvo de los loceros de la Bufa vieja, pesa más de 800 toneladas y tiene 83 años como máximo emblema de la insurgencia guanajuatense.
"La escultura del Pípila es un homenaje al personaje y a la grandeza y a la valentía del pueblo guanajuatense que luchó por asegurar la independencia de nuestra nación. Es un simbólico homenaje al pueblo minero que entregó su vida para lograr que México pudiera nacer como país libre y soberano", subrayó el cronista de la ciudad, Eduardo Vidaurri.
De acuerdo con las Efemérides Guanajuatenses 1936-1956, del profesor Manuel Sánchez Valle, "la iniciativa para levantar el monumento fue del abogado Luis Ignacio Rodríguez Taboada, quien se desempeñó como gobernador del estado entre 1937 y 1938".
El proyecto se desarrolló durante el mandato del gobernador interino Rafael Rangel Hurtado (1938-1939) y se inauguró el 5 de febrero de 1940. En el informe sobre su gestión, Rangel Hurtado señaló que se invirtieron 40 mil pesos de la época en la construcción del monumento.
"Los trabajos para erigir el emblemático monumento al Pípila en la cima del cerro de San Miguel comenzaron el 15 de enero de 1939, siguiendo un proyecto del prestigiado escultor guanajuatense Juan Fernando Olaguíbel", abundó el doctor Vidaurri.
Para construir el monumento, Olaguíbel contó con el apoyo del constructor Agustín Gutiérrez Ocampo, quien ya había inventado un sistema para amplificar esculturas y que, a la vez, fue apoyado por su hijo, David Gutiérrez Becerril.
"La obra la terminamos casi en año y medio. Hemos de haber estado trabajando unas cien personas, entre los que sacaban la piedra, los canteros, los que dirigíamos y los que tallábamos", compartió el hijo de Gutiérrez en una entrevista concedida al ensayista Alejandro Toledo para el diario El Universal en junio de 2000.