¿Quién recuerda cuando de pequeños en más de una ocasión pudimos ver una charamusca en casa traída por nuestros padres luego de visitar el Museo de las Momias en Guanajuato? Don Manuel González, tiene 40 años vendiendo este dulce típico y entre varios detalles, nos platica que las charamuscas se deben moldear en menos de 30 minutos.
Hoy en día, cerca de 20 hombres capitalinos se dedican a moldear éste dulce típico que está hecho de manera artesanal, Don Manuel explicó que este dulce se elabora con piloncillo, agua, azúcar, ácido cítrico con el que se le da la consistencia al dulce y se moldeaba en forma de momias, calaveras, mariachis o quijotes que son un símbolo de Guanajuato y un atractivo turístico de la región.
Se le puede agregar saborizante, pero yo no acostumbro a ponerle, ni colorante, todo es dulce, se va combinando, se puede ir quemando un pedacito de dulce y moldeando detalles y adornarlo como podamos porque el dulce se hace duro y debe salir la agilidad para terminarlo.
Primero se mezcla piloncillo, azúcar de caña y agua en un cazo de cobre para crear el caramelo o como una especie de atole de maíz y se tiene que ir calando para saber cuándo el dulce ya se puede trabajar porque hierve como el atole.
Ya cuando está en su punto se vacía en losas de cantera previamente humedecidas para que no se pegue el dulce porque va líquido. De ahí se va levantando poco a poco pero comenzar a moldearlo porque en 10 o 15 minutos el dulce se hace más duro como la maza para las tortillas y dura media hora para poderse moldear.
"En ese poco tiempo tenemos que ir haciendo pieza por pieza, parte por parte porque son trabajos manuales, no utilizamos moldes ni máquinas, son trabajos completamente manuales.
Aquí en Guanajuato es muy difícil que a viejitos como yo con 63 años, nos ofrezcan trabajo en alguna empresa, por ello nos dedicamos a ésto porque en realidad no hay mucho qué hacer aquí en la capital porque no tiene muchas empresas", mencionó.
Después de terminar el dulce parte por parte, se le va caracterizando de algún personaje de las momias que están dentro del Museo
Historia de las charamuscas
Se cree que las charamuscas comenzaron a elaborarse en la década de los 50's, su origen se remonta a la época colonial, cuando llegaron los primeros azucareros a México.
En un inicio, las charamuscas tenían la forma de un churro alargado que también ofrecen casi de obsequio, los señores que venden la figura de las momias que algunas tienen su sombrero que es hecho en el municipio de San Francisco del Rincón, Guanajuato.
Don Manuel, aseguró que han tratado de mantener los precios de estos dulces lo más que pueden y una pareja de unos 25 centímetros de altura le cuesta a 40 pesos, pero si se lleva el paquete de tres, se lo dejan en 100 pesos y si se lleva más para el recuerdo, le dan ese dulce de varita del mismo material.
César Gustavo García Gómez, turista proveniente de Jalisco es un jóven que nos platicó que hace dos años tuvo el gusto de degustar el dulce de las charamuscas, luego de venir al Museo de las Momias.
"Para mí es un dulce agradable para el paladar que no lo encuentro el sabor característico en algún otro lugar, además su textura se siente diferente y el precio varia depende la persona que te lo venda a mí me dejaron una pareja y una figura mediana en 50 pesos.
Cuando vengo, en ocasiones me llevo estos dulces o voy al mercado y llevó llaveros y detalles así, hoy les llevo dulces a mi familia", mencionó.
Por toda esta historia, es importante que como visitantes al Museo, valoremos el trabajo artesanal que los capitalinos desde hace algunas décadas han mantenido intactas para ofrecer no sólo tradición a las nuevas generaciones, sino seguir con el arte, cultura y la artesanía de éstos dulce típicos conocidos como charamuscas.