La mayoría de los embarazos en adolescentes son embarazos no planificados y no deseados ya que, en estas edades, el embarazo puede ser producto de violencia física, simbólica, psicológica, sexual y económica, en la que el riesgo de morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto se duplica si las niñas quedan embarazadas antes de los 15 años de edad.
Los bebés que nacen de madres adolescentes tienen más probabilidades de nacer muertos, prematuros o con bajo peso y corren mayor riesgo de morir en la infancia, debido a la corta edad de la madre. Este riesgo se agrava por la falta de acceso a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva integrales.