Su nombre es Susana Tovar, tiene 35 años de edad, es viuda desde hace un año cuando su esposo fue víctima de un asalto en el que le quitaron la vida; hoy está desempleada, no tiene ingreso fijos y en casa las carencias son muchas, el único apoyo que recibe es el de sus padres que le ayudan con el gasto de la comida pero el resto, tiene que obtenerlos con la venta de ropa usada.
Además de la situación económica, Susana se ve limitada en el tema educativo para sus hijos, pues ella es un claro ejemplo de que no todas las familias pueden acceder a la educación virtual, pues los aparatos electrónicos no son comunes en su casa, así como ella hay muchas historias que hoy dejan ver una clara desigualdad económica y falta de intervención de instituciones públicas, quienes parecen estar en una verdadera cuarentena sin acercar el apoyo a quienes más lo necesitan, sólo a algunos cuantos.