Aunque debido a la pandemia, las puertas de la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos se mantuvieron cerradas desde el pasado 31 de enero y hasta este dos de febrero, la fe no paró. Desde las 6:00 de la mañana decenas de feligreses, con rosario en mano elevaron sus plegarias desde las rejas de afuera.
Las tradicionales danzas y mañanitas también se realizaron en un escenario casi vacío y al interior un ambiente desolado rodeó a la Virgen.
Pese a ello, miles de ciudadanos continuarán visitándola a la distancia, además, según el vocero de la arquidiócesis, en cuatro siglos que han pasado, la Virgen ha sido testigo de pestes y pandemias, pero siempre se ha manifestado haciendo milagros al término de ellas, por lo que este año podría ocurrir un gran milagro.