Con la nueva política energética que propone la Secretaría de Energía, el Gobierno de México va en sentido contrario a lo establecido en el Acuerdo de París en 2015, en el que 196 naciones del mundo, entre ellas, la República Mexicana y los Estados Unidos se comprometieron a reducir las emisiones del dióxido de carbono (CO2) y con ello disminuir la contaminación de la biósfera para frenar el calentamiento global, sin embargo, ahora vemos con tristeza que además de que no se han cumplido los compromisos de este acuerdo internacional, vamos hacia atrás con una contrareforma energética basada en ideologías y posturas políticas, en las que el estado mexicano pretende recuperar el control de las empresas productoras de energía en el país, como lo son Petróleos de México y la Comisión Federal de Electricidad, aunque ambas poseen plantas obsoletas e inoperantes, que aún utilizando combustibles fósiles no producen la energía necesaria para la nación, apuntaló CarlosÁlvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
El Ingeniero, también experto manejo de residuos y cambio climático, destacó que las consecuencias de no atacar el calentamiento global cada vez son más notables en los cambios drásticos del clima; más frío, más calor, más lluvias e incluso un aumento de los fenómenos naturales, por lo que la producción de energías limpias y verdes son una necesidad urgente en la que el Gobierno de México no puede ni debe ir en sentido contrario a lo que 196 países están impulsando mundialmente.