Hoy en día los jóvenes conforman un colectivo estratégico que contribuye ampliamente en el avance y desarrollo de las sociedades para que sean influyentes en el mundo, desde sus comunidades y para el logro de sus objetivos de vida, ya que sin los jóvenes será imposible conseguir sociedades justas y sostenibles.
Paradójicamente los jóvenes, en especial las niñas y mujeres, son las más propensos a las desigualdades sociales, asumiendo trabajos precarios, unido al incremento de los niveles de desempleo y dificultades para el acceso al mercado laboral, incluso cuando hayan recibido una educación de calidad.
La principal alternativa para superar las desigualdades a las que se enfrentan los jóvenes es a través de la formación y la educación, aspectos contemplados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cabe mencionar que aún queda mucho por hacer debido a que los sistemas educativos actuales tienen muchas deficiencias y no responden a las necesidades de aprendizaje de muchos jóvenes.