Todos decimos tener sentido del humor, hasta que nos tocan la fibra sensible, por ello hablar del tema de los límites del humor sigue siendo muy complejo ya que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo, debido a que existen diversas perspectivas sobre qué debería o no ser objeto de risa, y esto depende de factores como el contexto cultural, el momento histórico, las experiencias personales y la ética.
En diferentes culturas y sociedades, lo que es considerado como humorístico puede variar, ya que en una cultura es una broma común, en otra puede ser visto como ofensivo o inapropiado, siendo que el humor la mayoría de las veces perpetúa estereotipos dañinos, grupos vulnerables, raza, género, orientación sexual, religión o discapacidades.
La percepción del humor también depende de la intención del que lo emite y la forma en que es recibido, ya que se han visto situaciones de comediantes en las que una broma bien intencionada puede ser malinterpretada o viceversa, ya que lo que antes era considerado gracioso, hoy puede ser visto como inapropiado.
Cabe señalar que hay quienes defienden que el humor no debería tener límites, porque es una forma de libertad de expresión y un medio para cuestionar normas sociales o políticas debido a que tiene un rol provocador, que a veces busca incomodar para generar, por ello se debe de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresarse y el respeto por los demás, y ser conscientes de las posibles repercusiones de lo que se dice.