Además de la dislexia, en la primera infancia se puede detectar al niño o la niña la dislalia, un problema de pronunciación que implica una articulación o dicción inadecuada de ciertos fonemas donde el infante no puede hablar correctamente y puede ser causante de bullying escolar.
Mercedes Hernández, docente de educación primaria refiere que en los centros escolares, la función del maestro es detectarlo y concientizar a los compañeros el respeto por los demás, ya que es un problema neuronal que con la atención adecuada puede mejorar.
La dislalia puede ser de cuatro tipos: Simple: incapacidad de pronunciar un fonema. Múltiple: incapacidad de pronunciar dos o más fonemas.