Cada año, durante la temporada de lluvia la ciudad de León enfrenta inundaciones y encharcamientos que generan un sin fin de problemas. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) durante la temporada de ciclones tropicales y lluvias de 2020 se prevén entre 30 y 37 ciclones, en donde los meses de septiembre y octubre podrían ser los más intensos en el territorio nacional.
El sistema de alcantarillado de León cuenta con 2,816 kilómetros lineales, de los cuales 2,684 kilómetros son de drenaje mixto, es decir, desaloja aguas residuales domésticas y de lluvias, y 132 kilómetros de alcantarillado pluvial.
Por ello tiene capacidad sobrada para las aguas residuales, pero es insuficiente para la totalidad de las aguas pluviales.
Durante muchos años León careció de un ordenamiento en el tema pluvial: se construyeron fraccionamientos, edificios y calles sin respetar el comportamiento natural del agua, desviando o invadiendo los arroyos que cruzan la ciudad, lo que ocasiona problemas a los habitantes de diversas zonas, sobre todo en época de lluvias.
Evitar arrojar residuos en vía pública, las bolsas de alimentos, botellas, envolturas, entre otros, son el principal factor para que los canales por donde desemboca el agua se vean obstruidos, por lo que depende de cada uno de nosotros evitar que la ciudad durante la lluvia quede bajo el agua.