Las ciudades debido a la gran cantidad de superficies impermeables como asfaltos y concreto no permiten que el agua se infiltre naturalmente en el suelo, por ello el drenaje pluvial proporciona una solución eficaz para manejar grandes volúmenes de agua de lluvia que, de otro modo podrían generar problemas graves.
Ya que, durante la temporada de lluvias, el drenaje es crucial para evitar inundaciones urbanas, proteger la infraestructura y mejorar la calidad de vida de los habitantes, todo esto mediante un buen diseño del sistema, el cual debe considerar la capacidad de absorción del terreno, el volumen de agua que se espera y las características del área urbana.
Por lo anterior este drenaje aporta varios beneficios importantes tanto a nivel urbano como ambiental tales como, el evitar que se acumule en las calles causando inundaciones que pueden dañar propiedades, interrumpir el tráfico y poner en riesgo la seguridad de las personas.
Mejora de la calidad de vida para que las ciudades se mantengan secas y seguras,
reduciendo el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, charcos o áreas anegadas.
Conservación de recursos hídricos ya que el agua recolectada puede ser reutilizada para otros fines, como riego de jardines o lavado de calles en áreas donde el agua es limitada.
Al eliminar el agua estancada en calles y parques, se mejora la estética de la ciudad y se evitan focos de mosquitos, por ello es crucial un un buen sistema de drenaje pluvial, en el que se pueden reducir considerablemente los daños que las tormentas y las lluvias intensas pueden causar.
Por último, los componentes principales de un sistema de drenaje pluvial incluyen sumideros o bocas de tormenta, red de tuberías, canales o aliviaderos y pozos de inspección, en resumen, el drenaje pluvial no solo previene inundaciones, sino que también mejora la infraestructura urbana, seguridad, salud pública y bienestar ambiental, convirtiéndose así en una pieza clave para el desarrollo de ciudades más sostenibles.