La desaparición forzada provoca cambios muy significativos en el estado emocional de las personas que tienen a un ser querido sin localizar.
La angustia que produce la pérdida del ser querido no es como la de quien pierde un familiar por fallecimiento, a decir de los especialistas este sentimiento no logra realizar el duelo no se cierra la herida.
La inestabilidad emocional, llevan a transformar los roles de los familiares de personas desaparecidas, los apoyos entre parientes tienen que salir a flote, pero aunado a eso surge el estigma social y la falta de empatía por parte de la sociedad además de la vulneración de sus derechos humanos.
Las mujeres buscadoras claman por que se les de atención psicológica ya que el desgaste físico y emocional es enorme, mas cuando se trabaja diario en campo viendo cuerpos.
Las consecuencias en la salud mental de tener a un ser querido desaparecido van desde el estrés, la conmoción y la desorganización de la personalidad de la víctima.
También experimentan incredulidad, paralización temporal y negación de lo sucedido, terror, aturdimiento, desorientación, sentimientos de soledad, depresión, vulnerabilidad, angustia, depresión, prácticamente un daño psicológico irreversible.