La medición del calor se realiza a través de termómetros, ya sea de mercurio o digitales, que proporcionan lecturas precisas de la temperatura.
Sin embargo, en situaciones peligrosas, se utilizan índices de calor que consideran la temperatura y la humedad relativa para determinar cómo se siente el calor en el cuerpo humano. Estas mediciones son esenciales para comprender y gestionar las altas temperaturas y garantizar la seguridad de las personas.
La medición de las ondas de calor se realiza a través de una red de estaciones meteorológicas, satélites y radares. Estos sistemas proporcionan datos precisos sobre la temperatura, humedad y otros parámetros, que se utilizan para calcular los índices de calor.
Esta información es crucial para emitir advertencias tempranas, implementar medidas de prevención y proteger la salud de las personas durante el calor extremo.