Con el invierno en curso, el calor de 2025 ya genera expectativas y preocupaciones. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), esta temporada será clave para analizar cómo el cambio climático sigue afectando al país y al mundo.
Tras un 2024 que marcó récord como el año más caluroso registrado, expertos advierten que, aunque 2025 podría no superar estas cifras a nivel global, ciertos periodos podrían ser más intensos.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que en 2024 la temperatura promedio global subió 1.55 °C en comparación con niveles preindustriales (1850-1900). Aunque no se ha alcanzado de forma permanente el límite de 1.5 °C establecido por el Acuerdo de París, este aumento resalta la urgencia de actuar. António Guterres, Secretario General de la ONU, instó a líderes mundiales a tomar medidas inmediatas para evitar una catástrofe climática.
De acuerdo con el SMN, la temporada de calor en México generalmente inicia a finales de marzo y alcanza su punto más crítico en abril y mayo, justo antes de las lluvias. Basándose en los patrones recientes, se espera que la primera ola de calor de 2025 ocurra en abril, con temperaturas que podrían superar los 45 °C en estados como Sonora, Sinaloa y Baja California. En el sureste, Yucatán, Campeche y Quintana Roo podrían experimentar calor extremo hasta agosto, con olas de calor más largas y frecuentes.
Francisco Estrada Porrúa, investigador de la UNAM, explicó que el cambio climático seguirá intensificando los fenómenos extremos. Además, Graciela Binimelis de Raga, también de la UNAM, señaló un 60 % de probabilidad de que la primavera de 2025 sea más calurosa que la de años previos, con temperaturas que podrían superar los valores habituales.
Para prevenir golpes de calor y proteger la salud, el SMN ha emitido recomendaciones como evitar la exposición al sol entre las 11:00 y 16:00 horas, usar ropa ligera y de colores claros, beber al menos dos litros de agua al día, ventilar los espacios y consumir alimentos frescos como frutas y verduras. También aconsejan reducir la actividad física intensa durante las horas más calurosas y prestar atención especial a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Con un panorama desafiante, el llamado es claro: adoptar medidas preventivas y contribuir al combate del cambio climático para enfrentar un futuro más cálido.