La Unidad deportiva del Coecillo, fue la casa y refugio para la caravana migrante que arribó el día de ayer en León. En este lugar, cientos de centroamericanos y sudamericanos pudieron descansar y tomar una ducha antes de continuar su trayecto hacía Estados Unidos.
En este sentido, Alberto Aponte, un joven venezolano que viaja con su esposa y su bebé, comentó que ya cumplieron ocho meses viajando de país en país.
Explicó que lo más duro que les ha tocado vivir en esta travesía, fue cruzar una selva de Colombia, el cual lo tuvieron que hacer sin los instrumentos necesarios como linternas, navajas o brújulas.
Cabe recordar que el día de ayer, llegaron 54 migrantes al municipio de León.