Pablo, desde pequeño tuvo carencias pero estudiaba, sin embargo su papá se enfermó del pie diabñetico y tuvo que salirse de estudiar para apoyar a sus padres.
Se especializó en la electrónica tiempo después, sin embargo con la contingencia el trabajo desapareció y hoy a sus 30 años de edad está en las calles recogiendo pet cada tercer día con sus amigos para poder comer.
Hoy y ante la necesidad de poder comer, pide a las autoridades municipales una oportunidad de trabajar para él y sus amigos y así evitar llegar a cometer actos ilícitos por necesidad.