Para los jóvenes es de vital importancia no rendirse ante esta pérdida de valores, siempre trabajar de la mano con la perseverancia, amor, paciencia, virtud, integridad, dominio propio, templanza y sabiduría, así como distinguir entre lo bueno y lo malo, y sobre todo valorar que somos responsables de nuestras propias vidas y no las ajenas a nosotros.
El llamado también es a los padres de familia a que no tengan miedo de corregir y educar a sus hijos, con la mejor aplicación de la enseñanza sobre los valores desde casa, para forjarles estos de manera que no sean tan fáciles de ser influenciados por lo malo que pasa en nuestra sociedad actual.