El pan de muerto es el platillo más tradicional para el dos de noviembre. Un alimento mexicano que se coloca en los altares para honrar, recordar y alimentar a los familiares fallecidos que cruzan el Día de Muertos.
Una tradición dejada por los españoles, el cual cambió de generación en generación, para por fin ser el Pan de Muerto que todos conocemos.
De acuerdo con Aaron Ramos, maestro repostero, la representación de este pan se divide en varias partes: la parte central del pan representa el ciclo de la vida, la bolita encima, representa un craneo o corazón, y las piezas que cruzan por encima del pan, simbolizan unos huesos, además de representar los cuatro puntos cardinales.
Sin duda, es una manera de honrar a nuestros difuntos y una manera de burlarnos de la muerte.