Asegurar una transición justa hacia la electromovilidad, que sea segura e incluyente, es indispensable, pues se debe garantizar que se compartan los beneficios sustanciales de una transición hacia una economía verde, al mismo tiempo que se apoya a aquellos que pueden perder económicamente, ya sean países, regiones, industrias, comunidades, trabajadores o consumidores, propuso Pawan Mulukutla, director del Programa de Movilidad Limpia y Tecnología en Energía del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) en India.
El especialista enumeró los componentes que deben integrar esta transición, entre los que destacó: permitir la participación de las partes interesadas y el diálogo social entre sindicatos, trabajadores y empresas; permitir la inclusión de comunidades locales y grupos demográficos subrepresentados (como las mujeres) entre los beneficiarios de los puestos de trabajo creados en la industria de los vehículos eléctricos; asegurar que las comunidades y el desarrollo regional continúen prosperando en todas las áreas y garantizar que la fuerza laboral existente no se vea afectada negativamente, en particular los trabajadores mayores e informales, etc.
Durante su participación en el 2° Foro Nacional de Autoridades sobre Movilidad, que tiene lugar en el marco del 24º del Encuentro Nacional de Autoridades de Movilidad (ENAM), expuso que en India uno de cada 10 personas utiliza autobuses, es decir, 128.6 millones de pasajeros al día.
El transporte, dijo, es responsable del 70% del consumo de diésel y 99% del consumo de gasolina, cuando India importa el 80% del petróleo que necesita, lo que no es recomendable, porque se pone en riesgo la seguridad energética. Durante su exposición, advirtió que, para 2050, tan sólo en las emisiones de carga por transporte de carretera crecerá 451% con respecto a las emisiones de 2020.