Desde una perspectiva simplista podríamos definir que el hacinamiento es también una decisión propia por la falta de cultura o valores familiares, pero justo está carencia es resultado de las desigualdades que vivimos en nuestro país, por lo que más allá de condenar a estas personas debemos comprender y analizar qué hace falta en tema de políticas públicas para hacer frente a estas condiciones de vida, aseveró Claudia Gasca, Profesora Investigadora de la Universidad de Guanajuato.
La Doctora recalcó que las acciones o programas de gobierno son emergentes y no fijos debido a los cambios de colores o ideologías al frente de las administraciones públicas, por lo que es claro que un cuarto adicional, un techo digno o un piso firme, no es una estrategia contundente que cambie realmente la condición social de las personas, pues hay muchos otros factores que con cuatro paredes no se contienen, y pese a que León no figura entre las ciudades con mayos porcentaje de hacinamiento, es necesario hacer un cruce de datos estadísticos para comprender que un cuarto no cambia de categoría social a quienes viven en la pobreza.