Los laguenses se olvidaron por un momento del miedo y se reunieron en el atrio de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y la convirtieron en una capilla ardiente, en las escaleras colocaron veladoras y oraron y cantaron por Dante, Diego, Jaime, Roberto y Uriel.
A una semana de que los cinco amigos se reunieron para festejar la vida y la amistad que los unía en su natal Lagos de Moreno, sus familiares y conocidos salieron al jardín principal para unir sus corazones y voces y hacer notar que son más los buenos.
Entre sollozos y rostros con una profunda tristeza se abrazaron entre sí para exigir justicia por sus hermanos.
También en los negocios de la colonial ciudad comenzaron a aparecer veladoras con mensajes de apoyo hacia los familiares de los jóvenes que hoy son tema nacional pero también sus nombres acaparan los medios internacionales.
La indiferencia que se dejó ver desde el pulpito presidencial y la falta de resultados de la Fiscalía de Jalisco hacen más doloroso el trance, pero los laguenses ya dieron muestra de que están unidos y hoy la exigencia es que se aclare a las familias que sucedió con los cinco jóvenes amigos.