La comunidad de San Judas, ubicada aproximadamente a 36 kilómetros de la zona centro de León rumbo a a la salida a Cuerámaro, es un sitio donde el robo de maíz empieza a crecer cada vez más, a tal grado de que los habitantes ya se adaptaron a la situación.
Ante la poca presencia de elementos de seguridad y el miedo a represalias o problemas mayores, los campesinos prefieren callar y permitir que los ladrones se lleven el producto, señaló Emmanuel Valdivia, quien asegura que de un total de 7 toneladas por hectárea pueden llegar a perder hasta dos toneladas de maíz que fácilmente es robado de las milpas, lo que representa una perdida de 8 mil pesos y un 29% de su cosecha.