En la ciudad existen alrededor de 1,200 pozos de los cuales 157 son controlados por SAPAL, y del restante no se sabe cuántos pertenecen a la zona urbana y rural.
Situación que empeora este recién llamado, "Huachicoleo de agua" ya que al no tener un control en los mantos acuíferos y pozos de las comunidades, se presta para que en estos lugares se llenan pipas con este líquido, comercializandolo para un uso de consumo doméstico, cayendo en la ilegalidad ya que no presentan una concesión de estas pipas piratas.
Lo que nos da como resultado que los mantos acuíferos se agoten paulatinamente, afectando directamente tanto a la zona urbana como a la zona rural.