Hace años, a través de un plebiscito, los habitantes de Guanajuato capital lograron que las autoridades municipales de ese tiempo, encabezadas por el alcalde Nicéforo Guerrero Reynoso, echara para atrás un permiso que habían autorizado para construir en esta zona un desarrollo habitacional.
Desde entonces organizaciones civiles, académicos y ciudadanía en general han exigido declarar a los tres cerros como área natural protegida, pero hasta la fecha no lo han logrado porque en las mismas administraciones municipales ha habido voces contrarias a ello.
Por lo tanto sigue la incertidumbre sobre cuál será el destino de la Bufa, los Picachos y el Hormiguero porque sus tierras tienen dueño y algunos quieren hacer negocio con ellas sin importarles el deterioro que ocasionarán al entorno ecológico.