Beto tiene 57 años de edad. Trabajaba de albañil, pero en 2013 tuvo que dejar el oficio porque quedó ciego de un ojo y con el otro su visibilidad es del 20 por ciento. Desde aquel tiempo se va al cerro en busca de cuarzo para vender.
Sus ventas son una vez cada 15 u ocho días, de las cuales obtiene un promedio de 350 pesos. Con ese dinero también sostiene a su papá y a un tío, quienes ya no pueden trabajar.
El único alimento de los tres son tortillas con chile de molcajete y algunas veces frijoles de la olla o sopa aguada.
Estos tres adultos mayores necesitan urgentemente que alguien los auxilie porque no son beneficiarios de los programas sociales./