La esclavitud infantil supone múltiples violaciones de los derechos humanos, ya que, afecta la dignidad de los niños, niñas y adolescentes, impide su pleno desarrollo y obstaculiza su acceso a la educación, además de provocar afectaciones físicas, psicológicas y emocionales, por tal motivo el trabajo forzoso constituye una de las más graves expresiones de violencia.
Niñas, niños y adolescentes deben crecer en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, por tal motivo desde el año de 1998 la organización de las naciones unidas instituyó el día mundial contra la esclavitud infantil. La COVID-19 también presentó riesgos para la seguridad y desarrollo de los niños quienes son uno de los sectores más vulnerables durante la gestión de la crisis y recuperación de la misma.
Cabe destacar que en el artículo 32 de la Convención sobre los Derechos del Niño, el Convenio 182 y 138 de la Organización Internacional del Trabajo sobre las peores formas de trabajo infantil, reconoce el derecho de todos los niños a la protección de la explotación económica y del desempeño de cualquier trabajo que pueda interferir en su educación o dañar su salud.