Así lucieron los panteones en este atípico día de Muertos, solitarios, sombríos, más tristes que de costumbre, con pasillos y tumbas que esta ves no se pintaron de colores, que no escucharon los rezos como años anteriores, ni los acordes de mariachis o troqueros.
Hoy ni siquiera las puertas de los camposantos se abrieron, este año se cerró la esperanza de preparar los alimentos que al difunto le gustaban, de limpiar y lavar las tumbas, para después depositar los ramos de flores.
Las oraciones y los recuerdos quedarán sólo en el murmullo de los hogares, en oraciones a distancia, pues las muertes por el coronavirus debido a los contagios limitan la realidad y la cercanía de los vivos con sus muertos.
De acuerdo a las cifras del Sector Salud en el 2019 casi 15 mil personas visitaban durante el 1 y 2 de Noviembre tan sólo dos panteones de la ciudad, El de San Nicolás y el Municipal Norte.
Con esta pandemia fueron muy pocas personas, escazas, las que traspasaban el cerco de Policía y Tránsito y pegadas al portón luego de cruzar las vallas de metal, se persignaban y rezaban un rosario en honor a sus fieles difuntos, mientras el aires soplaba solitario entre las tumbas