Iván Rivera. Los cánticos a la Virgen Morena del Tepeyac son los que nos erizan la piel, pero los que también nos identifican y nos diferencian del resto del mundo.
Cada 12 de diciembre, el corazón de los mexicanos se siente orgulloso de pertenecer a esta noble tierra, que aunque con defectos y violencia, no deja de pedirle por la paz a la madre del cielo.
"¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy, yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?", este mensaje se quedó guardado en el corazón de los mexicanos y de los vecinos de la colonia Valle de León.
"El esposo de mi hermana, el señor Eduardo Mendoza fue el que regaló la imagen, el la trajo de México, y ya los vecinos, uno regaló el nicho, las flores, y empezaron la tradición desde que se colocó la imagen, y año con año se ha seguido la tradición, se pide por la comunidad y la unión, pues son buenos vecinos", relató, Araceli Sánchez Rocha, Vecina
Tristemente estas escenas de convivencia entre vecinos, entre hermanos de la misma tierra, ya no se ve a menudo, pero afortunadamente hay quienes se niegan a que esta tradición, admirada por los extranjeros, decaiga y muera.
Para algunos la fecha es muy especial por qué con ella iniciaron una prolífica carrera.
"Con esta tradición de nosotros, por qué es nuestra, desde la Ciudad de México se va a cada rincón de nuestro país y que no dejen morir esto, por qué si se ha visto cada año un poquito menos, muchos connacionales mandan su aportación para tener este tipo de eventos, hay música, hay comida, hay un poco de todo", narró Alfredo Guzmán del Mariachi Real Tenochtitlan.