En un cuarto pequeño, con una máquina de coser prestada y con mucha necesidad como principal motivación, José de Jesús Pérez produce alrededor de 30 cubrebocas lavables diarios, una labor que desde hace algunos meses, le permite conseguir el sustento del día a día, van desde los 100 pesos diarios y hasta los mil semanales, lo que únicamente alcanza para comer y cubrir los gastos fijos.
Pespuntador de oficio; a sus 42 años de edad, José es una víctima más del desempleo ocasionado por el coronavirus, de quien dependen su esposa e hijo, sin embargo, la situación no ha sido fácil para su familia, pues además de hacer cubrebocas, para poder salir adelante en esta complicada crisis, tuvieron que deshacerse también de algunas de sus pertenencias, y luego de que ya no pudo pagar renta, ahora vive en casa de sus suegros, pues asegura, se han quedado prácticamente sin nada.