En medio de la posibilidad de un alto al fuego en Gaza y la negativa del gobierno encabezado por Benjamín Netanyahu, las fuerzas armadas de Israel tomaron el control del cruce fronterizo de Rafah, en lo que significa el avance de su inminente ataque contra el último refugio palestino en la Franja de Gaza.
En medio de intensos bombardeos miles de palestinos abandonan la zona en busca de un lugar "seguro" para sus familias. Lamentan el fracaso en las negociaciones para el cese al fuego entre Israel y Hamás.
En este contexto, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que un asalto a la ciudad de Rafah "sería un error estratégico, una calamidad política y una pesadilla humanitaria".
"Incluso los mejores amigos de Israel lo tienen claro", abundó, en referencia a Estados Unidos, que ha pedido a Israel evitar una incursión a gran escala en Rafah.
Previamente, el grupo terrorista anunció su decisión de aceptar una propuesta de tregua e intercambio de rehenes israelíes en Gaza por presos palestinos en Israel.
El acuerdo aceptado por Hamás contempla varias fases de liberación de rehenes y presos hasta alcanzar una "calma sostenible".
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que el anuncio del grupo terrorista "buscaba torpedear la entrada de nuestras fuerzas en Rafah", y añadió que esto "no ha ocurrido".
En un mensaje en vídeo, el mandatario defendió la decisión de tomar el control del extremo gazatí del paso fronterizo hacia Egipto, y dijo que con ello el Ejército israelí ha logrado dañar las capacidades del grupo islamista palestino al negarle un cruce "esencial".
Todo lo anterior mientras en El Cairo, Egipto inició una nueva ronda de negociaciones para alcanzar una tregua integral en la Franja de Gaza, con la participación de delegaciones de Egipto, Catar, Estados Unidos y Hamás, y a la espera de la llegada de una israelí.