La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó este martes que su Gobierno ya trabaja en medidas para atender a los connacionales que sean deportados desde Estados Unidos, ante la intención del presidente Donald Trump de endurecer su política migratoria y aumentar significativamente las expulsiones de migrantes.
"Ahora hay una cuestión especial del Gobierno de los Estados Unidos que dice que va a haber más deportaciones, entonces nosotros necesitamos tener todo lo necesario para poder recibir a nuestros connacionales y también todo el apoyo que les tenemos que dar en los consulados", declaró la mandataria durante su conferencia matutina.
Sheinbaum explicó que ha girado instrucciones para mantener activos los 10 centros de atención en los estados fronterizos del norte del país. Estas instalaciones están destinadas a brindar apoyo inmediato a las personas que sean repatriadas, incluyendo asistencia legal, médica y orientación para su reintegración en México.
La medida responde a los reportes publicados por el diario The Washington Post, que aseguran que el Gobierno de Trump tiene como meta deportar a un millón de personas durante este año. Esta cifra representaría más del doble del récord histórico de 400 mil deportaciones registrado en 2011, bajo la administración del expresidente Barack Obama.
Desde su llegada al poder en enero, Trump ha reiterado su intención de cumplir sus promesas de campaña en materia migratoria, entre ellas, la deportación masiva de personas en situación irregular. El tema ha sido uno de los principales ejes de su discurso político tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
En las primeras ocho semanas del actual gobierno estadounidense, México ha recibido más de 24 mil personas deportadas, entre ellas 4 mil 567 extranjeras, de acuerdo con la última actualización ofrecida por Sheinbaum. La presidenta aseguró que su administración brindará apoyo a quienes decidan permanecer en territorio nacional tras su retorno.
"Vamos a seguir garantizando que haya un acompañamiento digno, humano y con pleno respeto a sus derechos", sostuvo la mandataria, al tiempo que reiteró el compromiso de su gobierno de trabajar con los consulados mexicanos en Estados Unidos para brindar atención legal y psicológica a los connacionales antes de ser repatriados.
La situación plantea un nuevo reto para México, que deberá enfrentar no solo un posible aumento en el número de personas deportadas, sino también el impacto social y económico que ello puede representar en las regiones fronterizas y en otras zonas del país.