Si alguna vez llegaste a casa tarde, agotado por la rutina diaria, y consideras que el único momento para ti es el que obtienes al quedarte despierto más tiempo del recomendado, probablemente padezcas de procrastinación a la hora de dormir.
Este fenómeno ocurre cuando se elige sacrificar el sueño en favor de tiempo libre debido a una agenda muy ocupada que no deja espacio personal. Esto es común en personas con trabajos muy estresantes que ocupan la mayor parte de su día. Retrasar la hora de acostarse como una forma de venganza es una manera de obtener algunas horas de entretenimiento, aunque esto resulte en la falta de sueño.
La Sleep Foundation identifica tres factores para que una hora de dormir tardía se considere procrastinación del sueño: retrasar el momento de irse a dormir, lo que reduce el tiempo total de sueño; no tener una razón válida para quedarse despierto, como un evento externo o una enfermedad; y ser consciente de que retrasar la hora de acostarse puede tener consecuencias negativas.
El término fue utilizado por primera vez en 2014 por la científica social y conductual holandesa Floor M. Kroese.
Las consecuencias de no dormir bien pueden afectar todos los aspectos de la vida, desde las relaciones personales hasta el trabajo y la capacidad para conducir con seguridad. Además de sentirse cansado, se pueden experimentar síntomas como:
A largo plazo, la falta de sueño puede aumentar las probabilidades de sufrir problemas de salud como:
Las personas que retrasan la hora de acostarse suelen desear dormir lo suficiente, pero no lo logran, lo que se conoce como una brecha entre la intención y la acción.
La mejor manera de combatir la procrastinación del sueño es establecer buenos hábitos de sueño y crear un entorno adecuado para dormir. Algunos hábitos saludables incluyen mantener una hora fija para acostarse y despertarse, incluso en días libres; evitar el consumo de alcohol o cafeína a última hora de la tarde o por la noche; y dejar de usar dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos celulares y tabletas, al menos media hora, o idealmente más, antes de acostarse.