"Estamos en una lucha genuina, una lucha por la vida por la resistencia, por proteger al medio ambiente y la madre naturaleza": Felipe Montaño, gobernador indígena de Ohuira, Ahome, Sinaloa.
Los pueblos indígenas son los protectores de la naturaleza, la necesitan para vivir y, en consecuencia, la cuidan como parte de ellos, conocen sus plantas, su fauna y sus alimentos.
Es por eso, que se oponen rotundamente al proyecto de la instalación de la planta de amoníaco en el sitio ramsar de bahía Ohuira.
De entrada, el proyecto que impulsa la empresa alemana Gas y Petroquímica de Occidente (GPO) ya impactó la zona natural protegida con la destrucción de poco más de 28 hectáreas de humedales, sitio donde se pretende instalar la planta.
"Buscamos respeto y justicia y que el proyecto sea reubicado, entonces nosotros proponemos mesas de trabajo con especialistas en el tema para que se haga una reubicación"
Pero además, este proyecto industrial viola el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los pueblos indígenas y tribales.
Pobladores indígenas de Ohuira, Lázaro Cárdenas y Paredones, advierten que la planta de fertilizantes dañará gravemente las especies marinas y la fauna terrestre de la zona, por lo que no descansarán hasta conseguir que las autoridades ordenen que el proyecto sea reubicado.