En lo profundo de la Sierra Madre Occidental, a través de la inmensidad de los bosques de Chihuahua, se encuentra Creel, un pueblo señorial a 2,350 metros sobre el nivel del mar que recaba una historia rica en cultura y tradición, reconocida internacionalmente no solamente por ser un gran atractivo turístico internacional que llama la atención de turistas de todo el mundo, sino por cobijar a una de las culturas indígenas más preservadas en el país como el pueblo rarámuri.
Creel fue fundado en el año de 1907, gracias a Enrique Creel, importante economista y gobernador de Chihuahua que construyó la ruta del ferrocarril Chihuahua-Pacífico hasta este pueblo mágico que fue bautizado como su fundador.
En este apacible lugar que te desconecta del mundo real, se encuentran tesoros naturales que son de gran importancia para los habitantes como el lago de Arareko que en la lengua rarámuri significa ''Zapato de caballo'', ya que este lago tiene forma de herradura con 2 kilómetros y medio de longitud, perfecto para actividades de pesca y kayak por sus apacibles aguas relucientes.
A 10 minutos de este templado sitio se encuentran los valles de las ranas y los hongos, grandes ejemplares rocosas con formas como su nombre lo describen, que fueron creados por la naturaleza y llaman la atención de todo aquél que se detenga a poner atención, un atractivo increíble sobre todo para los niños que se divierten encontrando estas interesantes figuras.
Por último pero no menos importante, te contamos sobre la iglesia Misión Jesuita, que es un lugar sagrado para la comunidad rarámuri donde realizan sus procesiones y actos religiosos, se cuenta que hasta el día de hoy, la comunidad azota junto a la cruz a aquellos que hayan robado o tomado algo ajeno, para de esta manera poder entrar nuevamente a la Misión Jesuita.
Declarado patrimonio cultural desde 1998 por la UNESCO, Creel es un hermoso pueblo mágico donde se reúnen historia, cultura y tradición acompañados por hermosos paisajes pintorescos dignos de un cuento de fantasía.