Don chico preserva la técnica de la alfarería en Guasave

*El adulto mayor vive en La Pithaya, es de los pocos que se dedica a trabajar el barro en esta región*

Guasave.- Aprendió la técnica de alfarería por travesuras de niño, y es que de pequeño veía que su mamá y sus hermanas hacían ollas de barro y otras figuras, pero la actividad no era propia de niños, entonces robaba un poco y hacía trastecitos de buena calidad y forma. Las vendía primero que las de su mamá y hermanas.

Actualmente don José Francisco Verdugo Espinoza tiene 75 años, y es de los pocos, si no es que el único, que se dedica a la alfarería cien por ciento a mano en la región de Guasave.

Vive en la comunidad La Pitahaya, ahí no tienen energía eléctrica ni otros servicios públicos, la cercanía con el río Petatlán le brinda acceso al barro limpio con el que elabora comales, apastes, macetas y tibores.

Su técnica es cien por ciento artesanal, la labor es ardua y requiere de paciencia, conlleva además mucho trabajo.

Don chico, como lo conocen sus allegados, no fue a la escuela, no sabe leer ni escribir, sobrevive con la crianza de cerdos, y también de lo que obtiene con la esporádica venta de sus artesanías.

Él no tiene problema en compartir sus conocimientos con los más jóvenes pero ve que no hay mucho interés por parte éstos para aprender algo que hace años era típico de la población indígena de esta región.

A decir de Hortensia López Gaxiola, quien es activista y actual directora del Instituto Municipal de Cultura de Guasave, es interesante el hecho de que hay vestigios como los encontrados en el sitio 117, donde hay pruebas que hablan de que la alfarería era algo usual entre los habitantes de la región, sin embargo no se sabe por qué esto prácticamente se dejó de lado en las generaciones posteriores.